La Opinión de un Colombiano
A continuación publico la carta de un gran amigo mío, el vive en Cali, es Historiador de carrera y profesor de Historia, en ella responde a un pedido de opinion acerca de lo que sucedió en la frontera entre Ecuador y Colombia hace pocos días. Los dejo con la carta..."...Bueno, es una pregunta difícil. Digamos que podría responderla desde 2 puntos de vista: como colombiano y como historiador.
Como colombiano, no puedo negar que siento una especie de "morbosa satisfacción" a causa de la muerte de Raul Reyes, aunque no puedo decir tampoco que me alegro de ello, ya que iría en contra de mis principios de no violencia y de respeto por todas las formas de vida (así sean las más detestables). Como colombiano entiendo (más no justifico) la acción llevada a cabo por nuestro ejército bajo las órdenes de Uribe, pues hace parte también del sentir colectivo de una buena parte de la población colombiana, cansada de casi 50 años de conflicto y, en el caso de algunos que quisieramos que existiera una alternativa distinta, la desilusión de un movimiento que hace mucho tiempo se alejó de sus ideales de justicia e igualdad, para convertirse en un montón de asesinos, secuestradores, cobardes que sólo agreden a los más indefensos, a los colombianos del campo, los pobres olvidados de Dios, e incluso a aquellos que de pronto, desprevenidos, no atrevamos a pasearnos por sus dominios. Igualmente, aunque se que no me gustaría que un ejército extranjero penetrara en el territorio de mi país, como colombiano también me ofende el hecho de que gobiernos como el de Ecuador y el de Venezuela (e incluso el de Nicaragua) tengan el cinismo de llamar "camaradas" o "hermanos" a los integrantes de las FARC. Y digo cinismo porque me parece francamente cínico que en un mundo globalizado y comunicado coo el actual, el resto del planeta no se entere de las acciones que lleva a cabo las FARC, y sigan pensando (como lo hacen en muchos lugares de Europa) que los guerilleros de las FARC son los modernos "Robin Hood", que roban a los ricos para darle a los pobres. No, se trata de una gran mentira. Aprovecho para decirlo aqui (por si de pronto algunos peruanos más se llegan a enterar): Las FARC no son ningunos revolucionarios. Al igual que los Paramilitares y los narcotraficantes, hacen parte de los miserables que nos tienen sometidos a su juego de la muerte, con el único propósito de llenar sus bolsillos de dinero, justo de la misma forma como lo hacen sus supuestos enemigos burgueses (en el caso de la guerrilla). Aquí no hay revolución, lo único que hay es muerte, secuestro y barbarie, no sólo para aquellos desafortunados que están en la selva, encadenados a algún árbol y muriéndose de alguna enfermedad, sino también, como lo dijo un pensador colombiano por estos días: "aquí las víctimas somos todos". Lo somos porque, así no nos secuestren, debemos vivir aún con la zozobra de tener que vivir en un país lleno personas armadas, dispuestos a quitar la vida a sangre fría, con total desprecio por el derecho a vivir de los demás, escudándose en supuestas consignas de izquierda o de derecha. Por eso, no deben engañarse en el exterior.
Y no sólo no deben engañarse, sino que tampoco deben ayudar a nuestra desgracia. Sería preferible que nos dejaran solos, que no intervinieran, pues su participación se convierte en una suerte de puñalada por las espalda, en hundir nuestras cabezas en el charco de sangre mientras desde la tranqulidad de sus países observan con alegría la consumación de nuestra tragedia. Por eso, como colombiano, rechazo por completo el apoyo de los gobiernos de Ecuador y Venezuela a las FARC, expresados, en el caso del primero, en la existencia de campamentos dentro de territorio ecuatoriano, con conocimiento de ese mismo gobierno (pues resulta increible pensar que un campamento para 200 hombre pase inadvertido para las autoridades del Ecuador) y, en el caso del segundo, en la simpatía desacarada (el minuto de silencio en honor a Reyes lo demostró), el albergue en su territorio y el patrocinio monetario y armamentista a las FARC por parte de Chavez. Incluso, llevaría mi rechazo a la actitud de ciertos grupos de personas en países como México que, embelezados por la falacia de la "revolución" y la creación de la sociedad ideal, vienen a Colombia a enrolarse en las filas de estos infames, a ayudarlos a causarnos más daño a nosotros, aquellos que estamos en la mitad de este condenado sandiwch. Tal vez encuentren a otro colombiano que les diga lo contrario, pero creeme que para mi, al contrario de la mentira que intentan venderme con la sigla FARC-EP (EP igual a Ejército del Pueblo), yo no siento que sean ningún ejército del pueblo y, si lo llegaran a ser, preferiría estar por fuera de ese pueblo.
Ahora, por otra parte, como historiador, te diría que tanto Colombia como Ecuador cometieron un error. Por su parte, el gobierno colombiano cometió una falla grave al permitir a nuestros soldados ingresar a territorio del Ecuador, violando normas internacionales que, mal que bien, han permitido la existencia de una cierta paz entre nuestros países. En este sentido, correspondería a Colombia reconocer esta falta, ofrecer las disculpas del caso y reivindicarse de alguna forma con el Ecuador. De otro lado, el gobierno ecuatoriano cometió una falta muy grave también al albergar en su territorio a guerrilleros de las FARC pues con ello no violan precisamente acuerdos internacionales (aunque creo que al respecto existen) sino que se convierte en una violación de carácter ético, pues un país que se considera nuestro "hermano" no debe brindar ningún tipo de apoyo a quienes nos están haciendo tanto daño (algo así como si Colombia hubiese permitido que Sendero Luminoso tuviese campamentos en su territorio durante la época del terrorismo en el Perú). Si no nos quieren apoyar, al menos no contribuyan a clavarnos más el puñal. En este sentido, Ecuador debería también ofrecernos las excusas correspondientes y llevar a cabo las acciones del caso para recsarcir su conducta. Como ves, creo que ambos países tienen una parte de la solución para aportar.
En cuanto a qué seguirá, pues creo que, por las noticias de hoy día, parece que el asunto va por la solución diplomática, gracias a las negociaciones entre los embajadores ante la OEA de Ecuador y Colombia. Por el momento, creo que las "trompetas de guerra" que mencionó Fidel Castro por estos días se silencian, ya que no veo a Ecuador con actitud gerrerista (a pesar de que estan bastante enojados) y Colombia no se ha dejado tentar por los ánimos belicosos de Chavez, y nuestro gobierno no ha movido tropas hacia las fronteras. En el caso de Venezuela es donde la inquietud se mantiene, pues ellos si han movilizado sus tropas hacia la frontera con Colombia, aunque la idea de guerra cuenta con más gente en contra que a favor, ya que ambos lados de la frontera (y lo mismo ocurre con Ecuador) se necesitan mutuamente. Esperemos que resulta de la reunión que sostendrán Correa y Chavez mañana. Aprovecho para comentarte que me sorprendió un poco la respuesta que dió Alan García a la visita de Correa, pues pensé que sus lazos con Colombia lo iban a llevar a apoyar a nuestro país decididamente, pero igual me parece que su posición es entendible: no podría apoyar la intromisión de un país en otro.
Bueno, espero que este largo mensaje aclare cual es mi pensamiento al respecto. Gracias, porque con tu pregunta me diste la oportunidad de plantear estas ideas y de compartirlas contigo.
Un abrazo.
Carlos Andrés
Cali, Colombia."
